"Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él''.
El dolor de cristo no es de sufrimiento, mas bien es de invitación a amar a Dios en la cruz, nos muestra que el sufrimiento no es otra cosa que la forma de amar plenamente, el sufrimiento ofrecido a Dios es una vía de sacrificios.
Desde nuestra fe en Cristo brota la solidaridad como “actitud permanente de encuentro, hermandad y servicio, que ha de manifestarse en opciones y gestos visibles, principalmente en la defensa de la vida y de los derechos de los más vulnerables y excluidos, y en el permanente acompañamiento en sus esfuerzos por ser sujetos de cambio y transformación de su situación"
Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo’. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas"
Rostros de jóvenes desorientados por no encontrar un lugar en la sociedad, cegados por todo la "bueno" que brinda en mundo.
Rostro de ancianos trabajando o mendigando, porque muchas veces suelen ser marginados por sus familiares, y tratan de sobrevivir por sus propios medios.Son abandonados por su familias porque creen que son una carga,al contrario deberían cuidarlos como se merecen.
Rostros de subempleados y desempleados; despedidos por las duras condiciones de un modelo económico que somete a los trabajadores y sus familias, por el lucro desmedido que se aplica.